Poesía
El corazón, es como la tierra donde el labriego pasa sus días trabajando, desde antes de despuntar el alba, hasta que la noche comienza a tender su manto estrellado.
Así
como el arado, va rasgando a la tierra, para abrir sus entrañas y depositar en
ella la semilla, que un día brotará y florecerá. La tristeza, rasga al corazón hasta
quebrarlo, dejando salir de él las lágrimas, que alimentarán la semilla de la
pena, misma que brotará y dará los frutos amargos de la desolación.
Más
cuando es la alegría, quién hiende al corazón, de él emergen la dicha y la
felicidad, abonando a la semilla depositada por el regocijo. Brotando hermosas
flores y frutos que llenan de colorido y ricos perfumes al alma, mientras
mariposas revolotean entre el espíritu y el alma.
De
esta forma, entre las cosechas alternadas de la tristeza y la alegría, nace la
poesía, como el canto del corazón inspirado en los sentimientos, al ser
constantemente labrado por las emociones.
La
poesía, toma la tinta del corazón, para escribir textos que son intemporales e
ininteligibles para la razón; mientras la locura, fiel acompañante del poeta,
le concede la libertad de expresar con la pluma, lo que es incapaz de hacer con
su voz.
La
poesía es arte y es magia, es arte, al contar con la habilidad de esculpir,
pintar, moldear o componer, por medio de las letras. Utilizando una pluma como
herramienta, y sirviéndose del papel como medio, en donde da forma a los
sentimientos, que son intangibles e invisibles para los ojos de los humanos.
Es
magia, por que requiere de la inspiración, quien es atemporal, no responde a
los llamados de la razón, ni obedece a caprichos o mandatos; únicamente acude
al canto que proviene del corazón o del alma. Así la inspiración, puede aparecer
en forma de mujer, de flor, de recuerdo, de palabras, de una sonrisa, una
mirada, de textos, sonidos, perfumes, de una tristeza, una añoranza, una desilusión,
un anhelo o una ilusión.
La
poesía no es un relato o un discurso explícito de emociones, si bien tiene un toque
sutil del diccionario, es la interpretación de una herida del corazón, o del
brillo de una mirada sonriente.
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