Tu inocencia

 

Dentro de un delicado velo bordado con tu timidez, teñido con el color de la indiferencia  y adornado con el orgullo, escondes a la ternura y a la belleza de tu inocencia.

Cuando miro a través de la ventana de tus ojos, puedo observar como se asoman luchando por romper con ese velo tratando de salir, para que como flores puedan extender sus pétalos y mostrarlos orgullosos al sol descubriendo su exuberante colorido.

Fue el delicado perfume de tu tierna candidez quién con mano invisible despertó a mi corazón del letargo en el cual se encontraba, para que al mirarte quedara prendado a tu femenina y sutil belleza.

Con tu sonrisa me has mostrado un universo al cual pensaba que la vida me había vedado su acceso, sin darme cuenta que yo mismo le había cubierto los ojos a mi corazón, buscando de esa forma evitar que fuera dañado.

La suave caricia de tu mirada, me invita a soñar con sitios de una hermosura que ningún hombre que rinde culto al arte ha podido plasmar en su obra,  y a los cuales solo los que ante los ojos del amor son dignos, pueden visitar.

Doy gracias a Dios por este hermoso sentimiento que me llena de gozo, y de igual forma le agradezco que por medio de ti lo haya encontrado nuevamente.

Has llegado a iluminar mi camino que comenzaba a tornarse monótono y confuso, convirtiéndolo nuevamente en un camino por el cual la esperanza  me acompaña conduciéndome a través de mi voluntad hacia la felicidad, mientras que la alegría va llenando los huecos que el dolor dejo a su paso y que el tiempo no ayudó a cubrir.

Yo también cargo con un velo que me cubre, y que la fuerza que guía a mi mano para escribir, ha podido rasgar para dejar salir a través de esa grieta mi sentir hacia ti.

Ahora puedo ver claro que Dios nos concedió el amor para que a través de él encontremos a la felicidad; pero para llegar al amor, el dolor que en ocasiones se esconde detrás de la radiante brillantez de la belleza y duerme en el umbral del corazón, va siempre al lado nuestro deslizándose como sombra, cubriéndonos con su negro manto cuando la verdad nos despierta, y es entonces cuando su hermano el miedo nos brinda su compañía, relatándonos toda clase de calamidades que nos esperan si intentamos levantarnos y seguir adelante.

Sin embargo, gracias a la infinita bondad divina, ésta envía al consuelo a nuestro ser, calmando la sed de paz de nuestra alma y con la ayuda de la templanza nos guía a través de la penumbra del dolor,  hasta encontrar nuevamente la luz de la esperanza.

HugoHH2002