La flor quien eres
El Eterno nos regaló una gran variedad de flores para deleite de nuestros sentidos, mismos que son el umbral de nuestro corazón y ventana del alma. Siendo entonces, que por más candados, cerrojos o muros que los tropiezos, desventuras, desengaños o por las sombras de la muerte, hayan sido colocados. Todos ellos, pueden ser destruidos con el simple soplo que contenga el frágil perfume de la sinceridad de una flor, abierta ante nosotros.
Existen flores que por su gran belleza, toda clase de manos han pretendido apoderarse de ellas para mancillarlas y encerrarles en cárceles hechas con los más finos cristales, sin que nadie más pueda pretenderlas. Por ello, les brotaron aristas en sus tallos para defenderse y que solo una mano diestra, con delicadeza y ternura pueda tomarla sin arrancarle el corazón.
También hay flores de magno encanto y elegancia, con el riesgo de nunca ser descubiertas, decidieron habitar en lugares agrestes o muy recónditos en donde el hombre difícilmente puede llegar hasta ellas, y solo aquel que posea perseverancia, buen corazón y paciencia, será capaz de alcanzar su santuario.
De igual forma, hay otra clase de flores, quienes, a pesar de aparentar estar demasiado expuestas a los peligros, decidieron vivir en grandes valles, donde pueden ser admiradas entre miles de ellas en un concierto colorido de formas y de delicadas fragancias. Cuidándose entre ellas con ayuda de ángeles enviados por Dios.
Todas ellas encierran a su vez, una gran variedad que las distingue en su beldad, según la época del año en que hayan florecido por primera vez, forjando así su tipo de encanto, esencia y carácter, haciéndolas únicas. Reservando su más exquisito aroma para quien ha conquistado a su corazón, sea para perfumar su despertar o para engalanar la intimidad de la noche.
Por ello, es pretencioso quien dice conocer el lenguaje de las flores, y por el simple hecho de su forma o colores, estas expresarán amor, celos, elegancia, amistad o admiración a quien las reciba. Cuando el mismo Eterno creó para ellas un lenguaje propio y secreto, que, si un hombre en verdad conociera al menos una de las formas de expresar su saludo al alba, éste sería capaz de seducir el corazón de cualquier mujer.
HugoHH2023

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