Rincón del alma

Gracias por el amor, cariño, ternura y compañía que me brindaste durante 9 años y medio. Llegaste a mi vida siendo apenas un cachorro de 2 semanas, y como casi cualquiera de las mascotas que había tenido antes, con tan solo la emoción de la novedad. Sin embargo, tu marcaste a mi vida para siempre, por que te fuiste siendo el mejor amigo que he tenido en mi vida. En efecto, has sido mi mejor amigo, siempre incondicional y fiel que estuvo conmigo en todo momento; cuando me sentía triste o molesto, tu siempre me acompañaste, mostrándome tu sonrisa, recostabas tu cabeza en mi o me lamias la cara tratando de hacerme sentir bien. Compartías mis alegrías, alegrándote también y festejando a tu modo, dando cabriolas por la felicidad que yo sentía. Siempre fuiste mi mejor compañía y yo la tuya, por que cuando tenía que ausentarme por algún tiempo, tu siempre esperabas mi regreso. Cuando retornaba, tu eras siempre el primero en recibirme, con ladridos de felicidad y buscando ...

Entre más trato de olvidarte, más te adentras a mi  mente. Entre más trato de sacarte de mi mente, más te arraigas a mi corazón. Cuanto más quiero borrar a tu imagen, ella aparece en todas partes como fantasma que me persigue hasta mis sueños, en donde con el dulce canto de su voz apacigua a mis anhelos, mientras la ilusión describe tus encantos a mi alma. Cuando encuentro a otra mirada y otra sonrisa que buscan con su encanto cautivar a mis sentidos, solo consiguen que busque en ellas a la ternura que se oculta en tu mirada junto con la radiante luz que ilumina a mi corazón cada vez que me sonríes. El dulce perfume de tu feminidad ha marcado más a mi vida que todas las espinas y laureles que en el camino he encontrado, ya que eres como una flor que exhala su fragancia inundando de alegría y paz al santuario de mi alma. Por todo ello, no sé si navego en la mar tormentosa de la obsesión, siguiendo a la tenue luz de la estrella de la ilusión que me lleva si...

Las heridas del alma son las que sangran en forma más profusa y dejan una huella tan profunda como un abismo. Pero el cariño de los corazones que nos aman, van cicatrizando la herida, y el hueco que queda, se va llenando con la alegría que Dios nos envía para calmar nuestra sed de paz. HugoHH2008