Rincón del alma

  Dentro de un delicado velo bordado con tu timidez, teñido con el color de la indiferencia y adornado con el orgullo, escondes a la ternura y a la belleza de tu inocencia. Cuando miro a través de la ventana de tus ojos, puedo observar cómo se asoman luchando por romper con ese velo tratando de salir, para que como flores puedan extender sus pétalos y mostrarlos orgullosos al sol descubriendo su exuberante colorido. Fue el delicado perfume de tu tierna candidez quién con mano invisible despertó a mi corazón del letargo en el cual se encontraba, para que al mirarte quedara prendado a tu femenina y sutil belleza. Con tu sonrisa me has mostrado, un universo al cual pensaba que la vida me había vedado su acceso, sin darme cuenta que yo mismo le había cubierto los ojos a mi corazón, buscando de esa forma evitar que fuera dañado.   La suave caricia de tu mirada, me invita a soñar con sitios de una hermosura que ningún hombre que rinde culto al arte ha podido plas...

Desde la barca que me aleja del puerto donde dejo a mi corazón en el regazo de mi amada, observo como el cáliz de su corazón se desborda, arrojando su contenido en forma de gotitas de amor, posándose una a una en esas tersas mejillas que tantas veces acaricié y besé. Mientras me alejo, sutilmente y con paso firme se acerca a mi el recuerdo quien con voz dulce que estremece hasta las montañas, me muestra como en aquellos bellos jardines llenos de flores multicolores, mi corazón se entregó a un alma tierna, llena de cariño y con una dulce mirada que bastó para romper con las defensas casi infranqueables que el tiempo había forjado con entereza. Mis labios aún guardan el sabor de las mieles que probó al posarse en aquella bella flor, que entre tantas, se distinguió por su candidez y gracilidad de su danza ante el ritmo que marca el viento provocado por el batir de las alas de amor. Aquella delicada flor de pétalos rosados, aroma femenino y  mano suave, me llevó hacia a...

Tu cabello es como la mar que se extiende en el horizonte como hermosas aguas tranquilas y ondulantes, danzando con el ritmo de la música que toca el viento, que como doncellas rinden culto a la belleza frente al altar de Venus. Tus ojos son como dos lagos tranquilos, que en sus orillas se hallan unos juncos moviéndose suavemente con el ritmo que marca el viento de tu candidez, guardando el espejo en dónde, la luna observa su rostro blanco y brillante Cuando hay tormenta, los lagos se desbordan vertiéndose como cascadas de aguas cristalinas, inundando el paisaje de tus mejillas. Cuando la calma llega, los rayos del sol se reflejan en el rocío, jugando con las gotas y descubriendo su hermoso colorido. Tus mejillas son tan tersas, como la más fina seda nunca antes provista por princesa alguna; son tan suaves como delicados capullos de rosa, que se abren cuando el sol las despierta llenándolas de vida. Tu boca es como una flor, que con su color embe...

Cuando creas que los ojos de tu corazón ya han sido cegados por el hierro candente del falso amor, o por el brillo la belleza vana. Detrás de ti, existe un gran cielo azul, que te ha contemplado y admirado, esperando el momento en que decidas voltear a mirarlo, y hacerlo tuyo. HugoHH 2011

Tu ternura son las quietas aguas de la mar en donde a mi alma le gusta bañarse, porque en ellas, el sol juega con las gotitas del cariño que brotan de tu corazón, mientras que el amor se posa en el mío para llenarlo de regocijo con la cálida mano de Dios que lo acaricia. Bendita tu ternura que sana cada una de las heridas de mi alma, que tanto la espada de la muerte como la daga del falso amor, dejaron en ella; cicatrizando todas ellas con el ungüento de tu belleza y la protección de tu cariño. HugoHH 2011

Eres mi bello amanecer, aquel que me ha despertado a una nueva vida con tan solo recibir un suave beso de tu alma. Tu cálida luz me va cubriendo poco a poco, hasta quedar abrazada a mí por completo, cobijándome con la ternura de tu amor. Tú eres ese nuevo amanecer en mi vida, quien con cada rayo de luz que emerge de tu alma, iluminas a mi rostro acariciándolo con la cándida mano de tu cariño, mientras mi alma absorta, queda prendada a la fragancia de tu esencia y a esa mirada angelical que me llena de dicha. Al fin las penumbras de la larga noche de la congoja han sido disipadas, con el fulgor de tu amor, que bendecido por Dios, permite que la felicidad camine junto a nosotros mientras nuestros corazones ríen con la alegría. HugoHH 2011